sábado, 6 de diciembre de 2014

Lanzamiento del Movimiento por la Industria Nacional (MINaC)

Con el objetivo principal de crear el Plan de Pleno Empleo para la Argentina, el jueves 11 de diciembre a las 19 se llevará a cabo el lanzamiento formal del Movimiento Industrialista Nacional (MiNaC) Juan Domingo Perón en la Legislatura bonaerense, ubicada en calle 51 entre 7 y 8 de la ciudad de La Plata.


Desde la Corriente Nacional Popular y Latinoamericana (CONAPLA), una de las organizaciones que forma parte de esta iniciativa, convocamos a participar y a ser protagonistas de esta iniciativa estratégica popular. 

El MiNaC tiene como objetivo principal -no excluyente de otros de menor cuantía- crear el Plan de Pleno Empleo para la Argentina, para lo cual es estrictamente necesario pensar en un Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI) del SXXI y, en esa línea, en un plan industrializador de nuestro país de la mano de toda América Latina.

En tiempos de agudización de la lucha entre polos de poder a nivel mundial y considerando que la crisis abre una oportunidad histórica para el bloque suramericano-latinoamericano, el MiNaC pretende ir por la plena consolidación de la soberanía regional y por el paso definitivo de la inclusión a la Justicia Social.

Actualmente existe un cuello de botella fundamental de la propia matriz productiva, para cuya modificación es necesaria una puja político-estratégica. La concentración de la economía, su grado de extranjerización, la dependencia financiera, la desintegración industrial, la baja complejidad y valor agregado de nuestra producción, y la pequeña escala nacional son problemas que actúan como obstáculos fundamentales de generación y redistribución de la riqueza.

Esto se paga con desempleo de millones de argentinos, trabajo en negro y pobreza. Así como la dificultad para avanzar en la profundización del proyecto nacional, popular y latinoamericano. 

Si bien la Argentina ha transitado una época de crecimiento y de recomposición del tejido social, es necesario apostar por la profundización para no perder lo conquistado. Para eso, resulta indispensable discutir el comercio exterior, la matriz productiva nacional y el desarrollo de las industrias estratégica, pensando en el Estado empresario como garante efectivo de la Patria Soberana y del Pleno Empleo.

Es el Estado el que debe desarrollar las empresas estratégicas, porque en el desarrollo de un proceso de liberación Nacional Popular y Latinoamericana la producción de bienes estratégicos y de los medios de producción implica el desarrollo de soberanía y ruptura con la dependencia imperial.

El pequeño y mediano empresariado nacional sólo puede salirse de la subordinación a las transnacionales y al poder financiero a partir de la conformación de una Red productiva con el Estado y el Trabajo. El mito de la burguesía nacional como sujeto del desarrollo es sólo eso, un mito. Dichos sectores no poseen ni la fuerza, ni la escala, ni la capacidad productiva-tecnológica para avanzar por la independencia económica, el desarrollo nacional y la Justicia Social. 

Históricamente esto se hizo desde el Estado a partir del poder de una alianza social cuyo componente principal son mayorías populares de la clase trabajadora, en sus distintas condiciones. 

Del cuello de botella actual se sale con un plan industrial nacional-latinoamericano llevado adelante por la alianza entre las fuerzas de la Producción y el Trabajo, con la herramienta central del Estado, desde las Empresas Estratégicas y el Complejo Científico Tecnológico Nacional.

Sólo así podremos ir hacia adelante en esta bisagra histórica, derrotar definitivamente al proyecto financiero primario-exportador y moldear un futuro digno para el pueblo en su conjunto, con dignidad, pleno empleo, soberanía y justicia social.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Del no al ALCA a la integración de Nuestra América

Del no al ALCA a la integración de Nuestra América*
Por Gabriel Merino, CEFIPES

El no al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) fue un punto de quiebre estratégico en la región, que marcó el fin de un proceso neocolonial iniciado en los golpes de estado neoliberales y la profundización de su programa en la década del 90’. A su vez expandió y dio nuevos bríos a un proceso de integración autónomo de la región, en su búsqueda de constituirse en un nuevo bloque de poder emergente en el concierto mundial crecientemente multipolar y en transición histórica.

El proyecto de dominio panamericano de los EE.UU. no es nuevo. Proviene del siglo XIX, está inscripto en la Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto y cobra fuerza a la salida de la guerra civil (1861-1865) en la cual se impone el proyecto del norte industrial frente al sur agroexportador. Una vez que Estados Unidos se convierte en el nuevo taller del mundo, desarrollado sus monopolios financieros a partir de sus bancos y grandes industrias (JP Morgan-General Electric-U.S. Steel-Carnegie, Rockefeller-Chase Bank-Standard Oil, Citibank, etc.) y establecida una plutocracia de cincuenta familias, cobró mayor fuerza la necesidad de expandirse sobre el continente americano, asegurando su espacio vital imperial y territorios sociales para resolver la sobreacumulación de capital.

En este sentido, lanza la primer Conferencia Panamericana en 1889-1990, intenta avanzar con una suerte de ALCA e inicia un conjunto de acciones militares sobre el continente, siendo un punto de bisagra la Guerra con España a quien le arrebata el dominio de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam. En 1903 anexa la zona del canal de Panamá que le es sacada a Colombia. La guerra con México en 1848, mediante la que se apropia de la mitad del territorio de dicho país para consolidar su dominio continental, fue el antecedente más claro de lo que se venía sobre América, presagiado por Bolívar en la frase: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a nombre de la libertad.”

Con la caída del muro de Berlín, el triunfo de la estrategia neoliberal y la iniciativa de George Bush (padre) como presidente (1988-1992) se lanzó el plan ALCA, que pretendía convertirse en la mayor zona de libre comercio del mundo, por encima de la Unión Europea (UE) en número de consumidores y producto bruto interno (PBI), expandiendo el acuerdo con México y Canadá (NAFTA). Los objetivos eran subordinar América a la hegemonía del dólar, la Reserva Federal, el Complejo Industrial-Militar del Pentágono y las multinacionales y transnacionales norteamericanas, en una nueva situación estratégica internacional.

Sin embargo, si en la Cumbre de las Américas de 1998 en Santiago de Chile y en la III Cumbre de Quebec en 2001, el avance del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) aparece con una gran fortaleza y un destino próximo para el continente Americano, la IV Cumbre realizada en Mar del Plata marca un punto de inflexión en detrimento de la integración subordinada a los Estados Unidos, el Consenso de Washington y la estrategia neoliberal, y a favor de otro tipo de integración regional.

El rechazo al ALCA por parte de Brasil, Argentina y Venezuela (acompañado por el Paraguay y en menor medida por Uruguay), cuyos gobiernos se habían alejado de algunos de los parámetros neoliberales fundamentales, significó la cristalización de un cambio de correlación de fuerzas en la región de América Latina y el Caribe, que se corresponde con un cambio de situación a nivel mundial. A partir de allí se aceleró un proceso de integración regional que pretende aumentar los niveles de autonomía relativa de la región y su unidad como bloque de poder en el concierto mundial. Ello es promovido tanto por burguesías locales y fracciones neodesarrollistas nacionales que pretenden asegurar un espacio de acumulación en un capitalismo periférico, como por organizaciones políticas y sociales populares que dan lugar a heterogéneas alianzas político-sociales.

Los bloques de poder emergentes en el concierto mundial constituyen un factor fundamental en este nuevo proceso americano que hacen de contrapeso en las relaciones de fuerzas internacionales (China y Rusia).

A su vez, el fortalecimiento del bloque articulado por Alemania y Francia a partir del surgimiento del Euro (1999-2002) y la lucha al interior del los Estados Unidos y el territorio anglosajón entre dos fracciones de poder que aparece en el plano ideológico como neoconservadores y neoliberales (desatada con el golpe de las Torres Gemelas en 2001), resquebrajan el núcleo de poder mundial del capitalismo central, aislando a los conservadores del bloque americano (encabezados por Bush) jugados a favor del ALCA.

Entre 1999 y 2001, en el mismo momento en que asume Putin en Rusia, China pasa a jugar otro rol internacional (incorporándose a la OMC, tensionando la relación con Estados Unidos, a la vez que recuperando Hong Kong), se desarrolla la Organización para la Cooperación de Shanghái, surge el Euro y estalla la interna imperial anglosajona, comienza en Nuestra América a manifestarse el proceso de cambio.

En 1999 asume Chávez la presidencia en Venezuela. En 2001 estalla la crisis en Argentina y se agudiza la lucha entre Bloques de Poder en donde triunfa el llamado “Bloque Productivo”. En 2002 triunfa Lula expresando una alianza entre la fracción neodesarrollista nacional de la burguesía paulista con el movimiento obrero y un conjunto de movimientos sociales, más las alianzas tácticas con los bloques que se enfrentan al unipolarismo-unilateral norteamericano, donde también se incluye importantes sectores de la Iglesia Católica. En 2003 triunfa Néstor Kirchner en Argentina expresando una alianza similar.

El No al ALCA cristaliza dicho proceso en el plano regional, el quiebre de la hegemonía del Bloque angloamericano, a la vez que contiene el avance de  diciembre de 2004 cuando se funda la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA) por parte de Venezuela y Cuba. Esto indica un nuevo momento de ofensiva estratégica por parte de las fuerzas nacionales-Latinoamericanas.

Ello se expresa en la cumbre del Mercosur realizada en Córdoba, con la presencia de Fidel Castro, donde se firma la adhesión de Venezuela al bloque regional y un acuerdo de complementación con Cuba. A partir de allí el Mercosur pasa a tener una perspectiva geopolítica y de integración política, económica y cultural que va más allá del libre comercio y el regionalismo abierto de cuño anglosajón subordinado a la globalización financiera neoliberal. Comienza a desarrollarse un bloque de poder regional cuyo eje, en un principio, es el eje Brasilia-Buenos Aires-Caracas-La Habana. Por supuesto, eje atravesado por tensiones y contradicciones entre proyectos políticos-estratégicos divergentes –incluso al interior de los propios gobiernos atravesados por las contradicciones propias de los movimientos nacionales, en una situación histórica de transición- que confluyen frente a un enemigo principal.

El siguiente paso del proceso de ofensiva estratégica se corporiza en la constitución de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) el 23 de mayo de 2008, con sede en Quito (Secretaría General) y Cochabamba (Parlamento Suramericano), conformada por los doce países de Suramérica. Este organismo tiene como objetivos construir una identidad y ciudadanía suramericanas, al igual que desarrollar un espacio regional integrado que en su fundación cuenta con casi 400 millones de habitantes, un PBI aproximado de 4,6 billones de dólares y una superficie superior a los 17 millones de kilómetros cuadrados. En términos geoestratégicos, Suramérica constituye el territorio necesario de un Estado continental plurinacional Nuestro Americano.

El núcleo del Mercosur a partir de la alianza de Brasil y Argentina, y la integración estratégica de la Cuenca del Plata junto con el avance del ALBA, son los cimientos de dicho Estado Continental, condición mínima para construir un bloque de poder con escala y capacidad de autoderminación real. Como parte de este avance estratégico, crece a su vez el ALBA del Socialismo del Siglo XXI: en abril de 2006 con el triunfo de Evo Morales se suma Bolivia, Nicaragua en 2007, Honduras en 2008 y Ecuador en 2009.

Además, a partir de la UNASUR se creó el Consejo Suramericano de Defensa (CSD), un Centro de Estudios Estratégicos de la Defensa del CSD en principios orientado a la cuestión de Recursos Naturales y los primeros acuerdos de constitución del Banco del Sur. Frente a este proceso, en el año de la constitución de la UNASUR Estados Unidos reactivó la IV flota para patrullar los mares del Atlántico Sur y Pacífico Sur, una operación profundamente simbólica después de más de medio siglo de estar desactivada.

Para darle mayor relevancia y dinámica política a la UNASUR, el ex presidente argentino Néstor Kirchner fue nombrado en mayo de 2010 como primer Secretario General de la UNASUR. Rafael Correa lo definió como el primer presidente Suramericano.

Como resultado de estos procesos, el 23 de febrero de 2010 se crea la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), quedando definitivamente constituida en diciembre de 2011 en la cumbre de Caracas. Simbólicamente, sobresale en dicho espacio la ausencia de Estados Unidos y Canadá, el paralelismo con la Organización de Estados Americanos (OEA) que cuenta con presencia decisiva norteamericana para influir en la región y la integración de Cuba –por fuera de la OEA y excluida de la Cumbre de las Américas— que incluso tuvo la presidencia pro tempore y actuó de anfitrión de la segunda cumbre de la CELAC.

En contraposición a la ofensiva estratégica descripta, a partir del 2012 surge la Alianza Pacífico bajo los pilares del llamado “regionalismo abierto”, centrado en la libertad de comercio, la atracción a las inversiones extranjeras, los acuerdos de libre comercio con distintos países y bloques regionales a nivel mundial, la explotación de las ventajas comparativas estáticas y el desarrollo puesto en relación a la integración global. Dicho espacio surge el 6 de junio de 2012, conformado en un principio por Chile, Colombia, Perú y México (con Costa Rica y Panamá en proceso de incorporación).

La Alianza Pacífico forma parte como eslabón regional de un esquema de integración más amplio, denominado Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica, originalmente establecido por Chile, Brunei, Singapur y Nueva Zelanda en 2005. Se encuentran en negociaciones para integrar la Alianza Transpacífico: Estados Unidos, Australia, Japón, México, Vietnam, Canadá, Malasia y Perú. En este sentido es un esquema de integración distinto y superior al ALCA, propio del bloque global angloamericano y la fase de transnacionalización del capital, con su organización en una red flexible descentralizada, en la cual el poder no se ejerce necesariamente desde un centro formal hegemónico sino desde el conjunto de capitales-poderes transnacionales, sus cadenas de valor global y sus cadenas ideológicas globales.

En un reciente dossier sobre la Alianza Pacífico publicado por el Financial Times (2/4/2014), órgano neoliberal-global con sede en Londres, se realiza un tremendo auspicio a dicha Alianza en contra del Mercosur. Para el FT, este nuevo bloque “abre las puertas para los negocios en la región” (las traducciones son propias), se resalta positivamente que a diferencia del Mercosur esta es una Alianza económica y no política. Una de las analistas, Barbara Kotschwar, afirma que “si el Mercosur representa el socialismo del siglo XXI, la Alianza Pacífico representa el capitalismo del siglo XXI”.

La Alianza Pacífico en el marco del Acuerdo Transpacífico representa un quiebre de la UNASUR, una cuña imperial y un gran obstáculo a superar por el bloque regional para retomar la ofensiva estratégica Nuestro Americana.

A nueve años del “ALCA-RAJO” y en una situación de oportunidad histórica para los pueblos, el camino es consolidar lo avanzado y profundizar la construcción de un bloque regional, entendiendo que el futuro nos encontrará Unidos o Dominados, como Patria Grande o como semi-colonias de un nuevo orden mundial en ciernes.

Publicado originalmente como artículo del Centro de Estudios Formación Investigación en Política Economía y Sociedad (CEFIPES): https://www.academia.edu/9144957/Del_no_al_ALCA_a_la_integraci%C3%B3n_de_Nuestra_Am%C3%A9rica

viernes, 17 de octubre de 2014

El 17 de Octubre, por Raúl Scalabrini Ortiz




El 17 de Octubre, por Raúl Scalabrini Ortiz

Corría el mes de octubre de 1945. El sol caía a plomo sobre la plaza de macho cuando inesperadamente enormes columnas de obrero comenzaron a llegar. Venía con su traje de fragilidad, porque acudía directamente de su fábrica y tres series. No era esa muchedumbre un poco envarada que los domingos invade el parque de diversiones con hábitos de burgués barato. Frente mis ojos desfilaban rostros atestados, brazos membrudos, torsos fornido, con las greñas al aire y las vestiduras escasa cubiertas de pringues, de restos de brea, de grasas y aceites. Llegaban cantando y vociferando, y unido por una sola fe. Era la muchedumbre más heteróclita en la imaginación puede concebir. Los rastros de sus orígenes se traslucían en sus fisonomías. Descendientes de meridional europeos iban junto al rubio de trazos nórdicos y al trigueño de pelo duro en el que la sangre de un indio lejano sobrevivía aún.

El río, cuando crece bajo el empuje del sudeste, disgrega su masa de agua en finos hilos fluidos que van cubriendo los bajios con meandros improvisados sobre la arena, en una acción tan minúscula que es ridícula y desdeñable para el no avezado que ignora que ese es el anticipo de inundación. Así avanzaba aquella muchedumbre de entusiasmo, que arribaban por la Avenida de Mayo, por Balcarce, por la diagonal.

Un pujante palpitar sacudió la entraña de la ciudad. Un hábito áspero crecía en las densas vaharadas venían, mientras las multitudes continuaban llegando.

Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los talleres de Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones y acerías del Riachuelo, de las hilanderías de Barranca. Brotaban de los pantanos de Gerli y Avellaneda o descendían de las Lomas de Zamora. Hermanado en el mismo grito y en la misma fe, iban el peón de campo de Cañuelas y el torneo de precisión, el fundidor, el mecánico de automóviles, el tejedor, la hilandera y el empleado de comercio. Era subsuelo de la patria, sublevado. El cimiento básico de la nación que asomaba, como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto. Era el sustrato de nuestra idiosincrasia y de nuestras posibilidades colectivas allí presente, en su primordialidad sin recatos y sin disimulo. Era el de nadie y es sin nada, en una multiplicidad casi infinita de gama y matices humanos, aglutinados por el mismo estremecimiento y el mismo impulso, sostenido por la misma verdad que una sola palabra traducía.

En las cosas humanas el número tiene la grandeza particular por sí mismo. En ese fenómeno majestuoso que asistía, el hombre aislado es nadie, apenas algo más que un aterido grano de sombra que asimismo se sostiene y que el impalpable viento de las horas desparrama. Pero la multitud tiene un cuerpo y un ademán de siglos. Éramos briznas de multitud y el alma de todos nos redimía. Presentía que la historia estaba pasando junto a nosotros y nos acariciaba suavemente como la brisa fresca del río.

martes, 2 de septiembre de 2014

CONAPLA REALIZÓ EL SEGUNDO ENCUENTRO PENSAR NUESTRA AMÉRICA

 
La Corriente Nacional Popular y Latinoamericana llevó adelante el segundo Encuentro Nacional “Pensar Nuestra América”,  realizado en la Universidad Nacional de Tres de Febrero y en la Escuela Nº  27 de Ciudadela.

Con la adhesión de  Agrupación Almafuerte, Copla Comunicadores para Latinoamérica, Psinapsis, Frente Estudiantil, Comunicación Patria Grande, El Hormiguero, Colectivo de Género Untref, Santa Conciencia, Unión Informática, La 3ra, Manifiesta Acción, AUNA, MUP, Universidad Nacional de Misiones y Universidad Nacional de Tres de Febrero, el Encuentro se realizó en dos jornadas: la primera de 13 paneles-talleres y la segunda de debate y jornada barrial.

Los trece paneles-taller que se trataron a lo largo de la primera jornada contaron con los ejes propuestos en el programa: trabajo, educación y cultura. Asimismo, durante la segunda parte del encuentro, la modalidad de trabajo fue a través de mesas de discusión en las cuales se pusieron en común las síntesis de los debates y propuestas para la creación de un programa de Nación.

El referente de la organización, Gabriel Merino explicó que los programas propuestos en los distintos ejes pretenden ser abordados a nivel latinoamericano “porque entendemos que necesitamos unirnos estratégicamente para conquistar una Patria Grande Justa Libre y Soberana”, explicó.

Por otra parte, el volcado de lo teórico en la práctica fue reflejado en la refacción de la escuela Nº 27 de Ciudadela, en la cual se pintó un mural en homenaje al Padre Carlos Mugica. En dicho lugar se realizaron las mesas de discusión y puestas en común de los distintos Paneles-Taller en busca de conclusiones y líneas de acción concretas para proyectar a futuro y realizar un programa que se tenga en cuenta para la conducción del país de manera estratégica.

Las conclusiones a las que llegaron en los distintos planos fueron: en cuanto a Salud la necesidad de avanzar hacia un plan sanitario integral a nivel nacional; Comunicación planteó el desafío de profundizar el nuevo paradigma de comunicación que habilitó la LSCA y el rol del Estado en el diseño de políticas de comunicación; Educación Popular instó a fortalecer los programas educativos del Estado, llevados adelante en los territorios por las organizaciones populares; Educación Superior enfatizó en lo estratégico que resulta una nueva Ley de Educación Superior; Trabajo Barrial resaltó la importancia de afianzar los lazos entre la Universidad y la comunidad; Trabajo destacó la urgencia de revertir el aparato productivo diseñado por el proyecto financiero global y la necesidad de nacionalizar y romper con la extranjerización de nuestra Economía, para avanzar hacia una nueva arquitectura económico-financiera regional, conquistar el pleno empleo y la Justicia Social. 

A lo largo de las exposiciones, se hizo hincapié en la superación de la etapa de unidad puramente desde el plano cultural por parte de los países latinoamericanos, para avanzar hacia una unidad estratégica como una gran Nación de la Patria Grande. Allí estuvieron presentes miembros del Foro Naval Argentino y de la Federación Popular del Transporte. Se enfatizó en la necesidad de la unión con nuestros pueblos hermanos y de que Argentina cuente con una industrialización que otros países no tienen; crear conciencia en las bases, formar proyectos de gobierno, estar preparados para cuando llegue el momento de ejecutarlo. En ese marco se  puso en común la necesidad de la nacionalización del comercio exterior, partiendo de la base de que el 92% de la producción del país se exporta mientras que  sólo queda en manos nacionales el restante 8%.
 
En la jornada de trabajo barrial se realizaron tareas de refacción, donde se pintaron las paredes y un mural en el patio, recordando y homenajeando la tarea del Padre Carlos Mugica. La labor fue un éxito y la directora del colegio, el personal auxiliar y vecinos del barrio se mostraron muy agradecidos y fuertemente emocionados. 
 
La experiencia de oír voces de todo el país -Misiones, Mar del Plata, Capital Federal, Entre Ríos, La Plata, Corrientes y Río Negro- contando realidades tan distintas de un mismo territorio, no deja de ser sorprendente y es sin lugar a dudas enriquecedora. Porque no se puede caminar hacia la liberación nacional sin estar en principio unidos como país, sin poner en común ideas que puedan materializarse. La unidad latinoamericana empieza a ser palpable en tanto haya proyecto compartido y bases con conciencia plena de la importancia que tiene la articulación entre el movimiento estudiantil y el movimiento obrero organizado.

jueves, 7 de agosto de 2014

CONAPLA participó del lanzamiento de la campaña por el Boleto Educativo Nacional

 La unidad y la organización para realizar un sueño colectivo: El Boleto Educativo Nacional

La Corriente Nacional Popular y Latinoamericana (CONAPLA) participó del lanzamiento de la “Campaña  por el Boleto Educativo Nacional” que se llevó a cabo ayer en el auditorio de FOETRA de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

El evento contó con la presencia de integrantes de Frente Grande, MPE, MUE, Seamos Libres, SADOP, CGT, CTA, CTERA, Corriente Peronista Descamisados, Socialistas para la Victoria, CEA, UDA y la federación juvenil comunista. El acto tuvo como oradores principales a referentes de sindicatos como Stella Maldonado de CTERA, Hugo Almirón de SADOP, del movimiento estudiantil universitario Leonardo Moyano (MPE), y la referente  y sobreviviente de La Noche de los Lápices, Emilce Moller, aunque el protagonismo lo tuvieron los estudiantes secundarios organizados, entre otros de la UES.

Destacado por cada uno de los referentes, el lanzamiento de la campaña fue un acto de unidad del pueblo a partir de sus actores principales: Movimiento obrero, Técnicos y profesionales, y movimiento estudiantil. Al respecto, Hugo Almirón de SADOP enfatizó: “Esto es la lucha por la recuperación de derechos. Un sueño individual queda en eso, en un sueño; pero esto es un sueño colectivo, y los sueños colectivos se realizan”. 

Por su parte, Stella Maldonado de CTERA, recalcó: “Estamos iniciando una lucha que llevará tiempo y será la fuerza del pueblo organizado la que va a hacer que el proyecto de ley se vuelva realidad. No hay posibilidad de cambio si no es a partir de la lucha del pueblo”. Luego, Leonardo Moyano del MPE planteó que “la tarea del ahora, para el Boleto Educativo Nacional o cualquier otra medida de avanzada es la unidad, la organización y la heterogeneidad, todo esto está planteado en este acto con los trabajadores como vanguardia del proceso”. 

Finalmente, el cierre estuvo a cargo de referentes estudiantiles de secundarios que dijeron sentirse muy orgullosos de continuar una reivindicación histórica que va a facilitar la accesibilidad a la educación y recuperando la experiencia histórica de saber que “no hay forma de conquistar el boleto si no es con una fuerte movilización en las calles y para ello es necesario un movimiento estudiantil  junto a los trabajadores”.

La "Campaña por el Boleto Educativo Nacional" tiene la intención de promover un Proyecto de Ley que sea una normativa que, de forma integral, dé una respuesta definitiva a la problemática del transporte para los alumnos y alumnas del sistema educativo nacional y facilite el acceso a las escuelas de todos los niveles. 

La Corriente Nacional, Popular y Latinoamericana (CONAPLA) estará acompañando e impulsando este proyecto de ley que brega por la igualdad de oportunidades y la educación del pueblo argentino.  La fuerza de la unión de los trabajadores y el movimiento estudiantil organizado, que confluyeron en el auditorio de FOETRA, se articularán para la efectiva concreción de este sueño colectivo.

Vamos por la realización de este sueño colectivo!

- Por un régimen tarifario especial para el servicio público de transporte por automotor, fluvial, ferroviario y subterráneo de pasajeros para todas las líneas de servicios. En sus modalidades urbanas y suburbanas, interurbanas y de larga distancia.

- Por la gratuidad para los niños de los niveles obligatorios: Inicial, Primario y Secundario.

- Por un beneficio del 50% para los estudiantes de Institutos Terciarios y Universitario.

- Por un descuento del 50%, para los adultos acompañantes de los niños que concurren al nivel inicial y primario.

jueves, 29 de mayo de 2014

El Cordobazo y la unidad estratégica


Hace 45 años nuestro país vivió la insurrección del Cordobazo, ocurrido en la provincia de Córdoba un 29 de mayo de 1969, con el protagonismo y la alianza del movimiento obrero organizado y del
movimiento estudiantil. Es central tener en cuenta estos hechos para generar en la actualidad, espacios de participación política y, así, aportar a la militancia y a nuestros futuros cuadros políticos.

Se trató, nada más y nada menos, de estudiantes y obreros unidos, que pujaron proactivamente por el pueblo y se integraron contra quienes pretendían sostener una sociedad de injusticia social. En ese entonces la unión fue contra un gobierno dictatorial, donde la democracia estaba restringida. Hoy estamos ante un escenario que demuestra que debemos lograr que sea la hora de los pueblos para la justicia social.

La juventud tiene que ser partícipe del proceso de transformación, necesitamos apostar por una educación realmente inclusiva y una universidad para todos. Asimismo entendemos a los trabajadores como una clase trabajadora que sea parte integral de los procesos de transformación y protagonistas de la escena política. La unidad estratégica de los trabajadores es nuestro sujeto de transformación histórico; quienes lo integran son juventudes estudiantiles y trabajadoras, junto con trabajadores obreros, movimientos sociales, técnicos y profesionales. 

El espíritu del Cordobazo, en 1969, hoy vuelve con viento a favor y con el ímpetu de luchar por los 40 millones de argentinos. Tenemos que seguir sembrando estas semillas, para conquistar las banderas justas, libres y soberanas que tanto deseamos.

Por ello, en este día proponemos levantar las banderas de nuestros protagonistas del Cordobazo y del Rosariazo para avanzar por cuestiones centrales para nuestros pueblos: Ley de entidades financieras para canalizar el ahorro de los argentinos a la producción y al trabajo; re-estatizar el Banco Hipotecario, una de las herramientas central para abordar el problema de la vivienda; una reforma tributaria que sustituya la injusta y regresiva estructura tributaria heredada de los 90’; una nueva Ley de Educación Superior en el marco de una reforma universitaria nacional popular latinoamericana; la reglamentación de la Ley de Producción Pública de Medicamentos y la efectiva implementación de la Ley de Salud Mental; recuperar y/o desarrollar las industrias estratégicas desde el estado para, en combinación con los sectores productivos, avanzar contra la concentración de la economía, la primarización y la extranjerización; dar una finalidad definitiva al trabajo en negro, la precarización laboral y la tercerización como forma de precarización; entre otros.

martes, 27 de mayo de 2014

CHARLA ¿Hacia dónde va el mundo? Escenario actual en la lucha por la configuración del orden mundial


Merino y Narodowski: "¿Hacia dónde va el mundo? Escenario actual en la lucha por la configuración del orden mundial"

En el marco de la Feria del Libro “Ciudad de La Plata”, el sociólogo, investigador y referente de la Corriente Nacional Popular y Latinoamericana (CONAPLA), Gabriel Merino, expondrá junto al economista Patricio Narodowski sobre "¿Hacia dónde va el mundo? Escenario actual en la lucha por la configuración del orden mundial". El panel estará moderado por la Concejal de La Plata, Lorena Riesgo, y se realizará el jueves 29 a las 19.30 en el Aula Presidencia del Pasaje Dardo Rocha.


Gabriel Merino presentará su trabajo "Lucha entre polos de poder por la configuración del orden mundial. El escenario actual". Al respecto, el sociólogo detalló que dicha labor resume un conjunto de investigaciones que viene desarrollando con el fin de aportar claves para entender la crisis global y el análisis de la situación geoestratégica actual. En tanto, Patricio Narodowski hará la presentación de su libro "Geografía Económica Mundial. Un enfoque centro-periferia".

El referente nacional de CONAPLA, explicó que como en toda gran crisis mundial se está frente a un cambio de época que, como en la crisis capitalista del 30 y el período de entreguerras, constituye una transición hacia la configuración de un nuevo orden mundial. “Ello define la situación estratégica. Ubica al inicio de la crisis con el comienzo del nuevo siglo, en el período 1999-2001, donde comienza la transición y posee distintos momentos. En estos pueden observarse los alineamientos que dan lugar a la constitución de ciertas articulaciones, a partir de las que se definen los campos de fuerzas enfrentados”, sintetizó.

En este sentido, Merino subrayó que toda transición tiene un lapso de oportunidad histórica, y ésta puede orientarse hacia la restauración de un nuevo orden basado en imperialismo o bien avanzar hacia la transformación histórica revolucionaria. En el segundo sentido, concluyó en que hay que aprovechar la oportunidad y que se acelera la necesidad de profundizar los procesos e construcción. “Se acelera la agudización entre las contradicciones interimperialistas entre bloques de poder y bloques emergentes. Se acelera, en términos históricos, la necesidad de los pueblos de consolidar fuerzas sociales”. 

martes, 25 de marzo de 2014

Memoria, Verdad, Justicia y Democracia Social para reconstruir el proyecto de los 30 mil compañeros desaparecidos



Memoria, Verdad, Justicia y Democracia Social para reconstruir el proyecto de los 30 mil compañeros desaparecidos

La dictadura genocida desatada en el 76 no sólo dejó desaparición forzada de 30 mil compañeros, sino que además sembró una miseria planificada en nombre del proyecto estratégico neoliberal de las redes financieras globales. Esta alianza que se impuso buscó destruir la alianza social que venía dándose en toda Latinoamerica: la del Estado, Producción y Trabajo; del Movimiento Obrero Organizado con las pequeñas y medianas empresas de producción nacional y con el Estado y su empresa estratégica; con las clases medias organizadas como juventud  como parte de esta alianza. 

Con este Golpe Militar, Financiero y Genocida, se destruyó al ahorro nacional que financiaba al ahorro y al trabajo, mediante una ley de Entidades Financieras; se impuso una ley de Radiodifusión exclusiva para los fines de lucro y para quienes tenían capital, anulando sí la democratización de la comunicación; se estableció una ley que garantizó la estructura económica argentina al capital extranjero; se destruyó al aparato productivo; se dio de baja a la ley de contratos de trabajo, potenciando a la tercerización laboral para lograr la sobreexplotación. No por nada la mayoría de los compañeros desaparecidos eran obreros, y la otra gran mayoría eran futuros trabajadores de clases medias que querían la transformación.

La  última dictadura genocida no puede entenderse sin la miseria planificada que sembró, romper con ella y avanzar hacia los puntos estratégicos es avanzar hacia el proyecto que nuestros 30 mil compañeros desaparecidos soñaron. Bien lo explicó Rodolfo Walsh antes de su desaparición forzada: "En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada".

Estos procesos fueron profundizados y consolidados en la década del 90, destruyendo el trabajo estable y digno de millones de argentinos. El saldo fue el 60% de pobreza en 2001 y el 25% de desempleo en 2003. Lo que vino después de 2003 no puede entenderse sin la lucha previa de movimientos sociales, organizados en la exclusión para dar batalla contra el hambre, contra el desempleo, a favor de los Derechos Humanos, la Educación Pública y reclamando un Estado presente que no les dé la espalda a sus ciudadanos.

Una nueva etapa política se inició en 2003, cuando pasamos de la resistencia contra el proyecto financiero neoliberal a condiciones de avance popular, a volver a conquistar derechos, a redistribuir la riqueza y a recuperar un proyecto nacional y democrático con inclusión social. Ello se puso de manifiesto con la ruptura con el FMI, el no al ALCA, la recuperación de una política industrial, la reestatización de YPF, la recuperación del empleo, la reducción de las  brechas entre rics y pobres a través de la Asignación Universal por Hijo o los planes Conectar Igualdad, el juicio y castigo a los genocidas de la última dictadura, el restablecimiento de las discusiones paritarias. 

Aspectos de los grandes avances en la última década y con el rol protagónico del campo popular. Sin embargo, si estos quedan restringidos a un esquema neodesarrollista con inclusión social, se corre el riesgo de retroceder y desaprovechar la oportunidad histórica que tenemos. El reciente ajuste devaluatorio e inflacionario que golpea sobre el pueblo es producto de no profundizar las políticas nacionales, populares y de integración Latinoamericana. 

Ante los cuellos de botella que se pusieron de manifiesto:

- necesitamos cambiar la matriz productiva desde la recuperación de las empresas estratégicas nacionales y la consolidación de una estructura industrial sudamericana integrada; 

- necesitamos una moneda del Sur, un Banco del Sur y un Fondo del sur que nos de escala y fortaleza ante los "gigantes de siete leguas" financieros que andan engullendo mundos a través de sus golpes de mercado; 

- necesitamos una nueva ley de Entidades Financieras para recuperar el ahorro nacional y que nuestro sistema financiero esté al servicio del desarrollo autónomo,  

- necesitamos una Reforma Educativa Integral y una nueva ley de Educación Superior que ponga a la educación y al complejo científico tecnológico en el centro de un proyecto de país con justicia social;

- necesitamos la nacionalización del Comercio Exterior y eliminar todos los resabios neoliberales que aun obstaculizan la construcción de una nación justa, libre y soberana. 

Los 30 años de democracia ininterrumpida, deben ser sostenidos, luchados y profundizados día a día por los pueblos. Sin el protagonismo del sujeto de la transformación, que son los trabajadores -desde desempleados y subempleados, hasta trabajadores, técnicos, profesionales y jóvenes estudiantes que serán futuros trabajadores-, la lucha se debilita. 

A 38 años del golpe genocida lo recordamos, lo repudiamos, exigimos más memoria, más verdad, más justicia y más democracia social, para reconstruir el proyecto de los 30 mil compañeros desaparecidos. Con la firma convicción de seguir yendo contra las corporaciones y los resabios del proyecto financiero neoliberal.

30 mil compañeros desaparecidos presentes!!

CONAPLA
Corriente Nacional Popular y Latinoamericana 


miércoles, 5 de marzo de 2014

Chávez: su legado y la responsabilidad histórica de los pueblos




Por Gabriel Merino

Publicado en la Revista Política N°14 Marzo-2014

Chávez es la primer línea de quiebre. Es el nombre emergente de una ruptura. Es  el nombre de la expresión nítida del proceso de transformación popular iniciado en América Latina en el siglo XXI, cuando los pueblos pasan a la ofensiva para forjar con sus manos un Cambio de Época, protagonizando el primer gobierno (1999) que rompe la hegemonía neoliberal en la región.

Este proceso emerge con la crisis histórica del capitalismo global que comienza en el mundo emergente en el sudeste asiático (1997), consolidando lo que Harvey denomina un proceso de “acumulación por desposesión”  a favor del capital financiero global (fundamentalmente de origen angloamericano o anglosajón). Este proceso, que viene a consolidar la globalización financiera, la transnacionalización del capital y su expansión en los llamados “mercados emergentes”, va de la mano de un incipiente  proceso de agudización de las contradicciones globales entre bloques de poder que abren la ventana histórica estratégica para los pueblos. Chávez, como estadista, siguiendo la tradición de Bolívar, San Martín, Perón y tantos otros, constituyó la personificación de la voluntad popular venezolana-latinoamericana para cabalgar esta nueva oportunidad histórica.

Con la crisis global de fines de los 90’, el avance del capital transnacional, extranjerización de las economías de la región y en un escenario de puja entre capitales, las burguesías locales ante el riesgo de desaparecer (como la Burguesía paulista o el Grupo Productivo de la Argentina constituido en 1999) necesitaron impulsar los procesos neodesarrollistas de integración regional, ampliación del mercado interno, sustitución de importaciones y autonomía relativa.  Para ello establecieron alianzas con el campo popular y un amplio abanico de actores políticos, ideológicos y económico-sociales, a los cuales intentan limitar y conducir bajo su ala.

La “revolución bolivariana” constituyó, desde un principio, el ala nacional, popular,  latinoamericana y revolucionaria que rompió los límites impuestos por las burguesías neodesarrollistas a los procesos de transformación pos-neoliberales. Y ello irradió sobre toda la región y fortaleció a todos los movimientos populares, generando relaciones de fuerza para avanzar en mayores conquistas y cambiar el carácter de los procesos, dando un impulso popular fundamental a la integración de Nuestra América.

En esta situación histórica, Hugo Chávez irradió un conjunto de elementos estratégicos del nuevo paradigma transformador latinoamericano, que se complementan con los de otras patrias chicas.

En primer lugar el chavismo cristaliza una nueva síntesis histórica entre el nacionalismo popular bolivariano, el cristianismo popular y revolucionario, la izquierda nacional y latinoamericanista, los pueblos  originarios y los movimientos sociales de diversa índole. Ello articulado en una actualización teórica y doctrinaria particular denominada Socialismo del Siglo XXI. Esa particularidad Venezolana, pensada como latinoamericana, conmueve y actualiza el sustrato ideológico-cultural y político de toda la región, ya que brotan de un mismo proceso histórico.

En segundo lugar, Chávez es heredero y exponente principal de la geopolítica latinoamericana que parte de la base de que sin la masa de poder crítico conformada en el espacio sudamericano (mercado interno, población, recursos, accesibilidad, desarrollo industrial, etc.) no existe ningún proyecto de liberación real. Es decir, sin Estado continental Suramericano-Nuestro Americano, no hay posibilidad de Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política. La fragmentación es un obstáculo infranqueable para ello. Por lo tanto, toda política debe ser concebida estratégicamente en dicha perspectiva para ser real y permanente: Banco del Sur, Fondo del Sur, Moneda del Sur, Tele Sur, Petro Sur (anillo energético), Consejo de Defensa del Sur, Industrias Estratégicas del Sur.

La línea de avance de esta estrategia es, ahora, el Atlántico: Brasil, Argentina, Venezuela, Cuba. Este núcleo es el que se desarrolla entre 1999-2003 (Chávez, Kirchner, Lula), con la convergencia entre el nacionalismo neodesarrollista regional y el nacionalismo popular latinoamericano, entre lo democrático y lo social, que adopta la forma de Mercosur y Alba, las dos plataformas para avanzar al sur del río Bravo, cristalizándose luego en la UNASUR y la CELAC (fortalecido por alianzas tácticas y estratégicas con otros bloques de poder mundial). Dicho esquema de poder, con el cual se enfrenta principalmente al Imperialismo Americano (con el plan ALCA) y al globalismo financiero anglosajón, es lo que guía el accionar de Chávez y constituye la brújula estratégica de los pueblos de la región, garantizando su avance.         

La concepción estratégica de la Integración Sur-Sur, permite consolidar e irradiar otra concepción para pensar la integración más allá del negocio o la lógica del capital concentrado. El acuerdo con el Astillero Río Santiago de Ensenada (Argentina) para construir los buques petroleros panamax es un ejemplo de ello. Lo que se evidencia es la concepción estratégica de integrarnos productivamente, aprovechar y complementar las fortalezas existentes en la región, incentivar a la industria estratégica naval vapuleada en las décadas neoliberales, y consolidar la relación con los obreros argentinos, fuerza real y sujeto –junto a otras fracciones trabajadores y del campo popular— de un proyecto socialmente transformador. Y estas políticas son las que permanentemente impulsó Hugo Chávez.

En tercer lugar, Chávez ubicó la puja democrático-electoral en el centro de la táctica política de la lucha popular. Su propio aprendizaje y autocrítica le permitieron entender la importancia central de la lucha político electoral para avanzar en las correlaciones de fuerza en el Estado, comenzando por el gobierno del Estado. Con ello, desde la práctica, dio cuenta de la táctica de avance bajo la nueva situación histórica en la cual la estrategia neoliberal del capitalismo financiero global convirtió a la democracia liberal en valor fundamental pero a condición de dejar sólo la cáscara y despojarla de todo contenido (incluso el de ciudadanía, sustituyéndolo por el de “gente”).

Volver a llenar de contenido la pugna electoral, consolidar el terreno electoral de las mayorías populares como lugar para dirimir las diferencias (deslegitimando toda maniobra de golpe)  y recuperar lo público estatal como herramienta popular para la justicia social inauguró el Cambio de Época, dotando de legitimidad y fortaleza los proyectos de transformación social. Entre 1998 y 2012 Chávez disputó 13 elecciones y ganó 12, aceptando la derrota por estrechísimo margen en 2007 en el referendo constitucional para profundizar las reformas socialistas.

Con ello, el Estado Venezolano como tal entró en crisis orgánica: atravesado por proyectos políticos estratégicos antagónicos, con la institucionalidad puesta en crisis ante el proceso popular instituyente, lo nuevo fue instituyéndose de acuerdo a las relaciones de fuerzas existentes, dando lugar a dos formas de estado en pugna. Chávez fue uno de los primeros en observar dicha dualidad (que atraviesa con particularidades a numerosos países de la región) y en comprender que la vieja maquinaria de Estado constituía un obstáculo, al expresar la cristalización de lo viejo, de las clases dominantes bajo el régimen neoliberal. Además de recomponer lo público estatal, lo nuevo fue avanzando con una nueva estructura de ministerios, misiones sociales y nuevas formas de estatalidad. Este es el cuarto punto central que irradia el chavismo, problematizando al conjunto de Nuestra América, ya que se trata de tareas comunes a resolver.

Desde la primera a la última elección de Chávez, en esos trece años transcurridos, la pobreza en Venezuela pasó del 48,7% al 31,6%, el desempleo de 14,5% al 6,5%, la mortalidad infantil del 20 por mil al 13 por mil, el PBI per cápita creció un 164% pasando de 4.100 dólares a 10.810 y exhibe uno de los menores índices de desigualdad de la región (estas cifras las publican los propios medios opositores). Si a ello le agregamos la cantidad de políticas y acuerdos que han beneficiado a tantas mujeres y hombres de la región, se comprende la tremenda base de sustentación popular y amor hacia su figura, asentado en una materialidad indiscutible.

Hugo Chávez no ha arado en el mar sino en el suelo fértil de la América del siglo XXI, promesa de nuevas formas de civilización. Dejó un enorme legado que se engrandecerá con el tiempo y en el transcurso de la historia, así como la enorme responsabilidad histórica  de profundizar el rumbo revolucionario en Nuestra América, atendiendo a las características particulares de cada patria chica.  El mejor homenaje que pueden hacer aquellos que lo reivindican, en todo o en parte, es estar a la altura de dicha responsabilidad, para construir la segunda y definitiva independencia de Nuestra América. 

COMUNICADO: La desestabilización de Venezuela es un golpe al corazón de la Patria Grande



A un año de la muerte del Comandante Hugo Chávez, reivindicamos su lucha y nuestra posición a favor de la lucha libertadora del pueblo bolivariano. 

Expresamos nuestro ferviente repudio al intento de desestabilización en Venezuela mediante un “Golpe suave”, que busca desatar una guerra civil en el corazón de la Patria Grande para someterla a los poderes imperiales y hacer retroceder a los trabajadores y sectores populares en sus conquistas, derechos y niveles de distribución de la riqueza alcanzados. 

Allá en 2009, Chávez denunciaba las maniobras ejercidas desde Estados Unidos, poniendo aviones de guerra en nombre de la supuesta “lucha contra el narcotráfico” en alianza con grupos armados en Colombia y explicaba: “Es parte de la estrategia global de dominación de Estados Unidos, es la razón por la que se están instalando bases en Colombia”. Cinco años más tarde lamentamos tener que ver nuevamente la injerencia de grupos armados, financiados por la Casa Blanca, para intervenir no sólo contra la democracia de nuestro país hermano, sino también con el proceso de liberación de su pueblo. 

Estados Unidos y el imperialismo global angloamericano, ha profundizado el intervencionismo sobre los bloque de poder emergentes para disciplinarlos, interviniendo en los distintos países con variable intensidad según su significación geopolítica global. 

En el caso de Venezuela hay una importancia estratégica por su lugar central en la construcción de un proyecto revolucionario que lucha por la Segunda Independencia en Latinoamérica, así como por ser el país con mayores reservas petroleras del planeta. 

Por supuesto, las oligarquías regionales siguen siendo históricas aliadas estratégicas de los proyectos imperialistas. Y con la llegada de Hugo Chávez Frías al gobierno, conspiraron activamente para derrocarlo, tal como sucedió en el golpe del 11 de abril del 2002 o en el “golpe petrolero” de diciembre de 2002 a marzo de 2003. 

Algunos sectores de las llamadas clases medias, ya sea por influencias oligárquicas, por aspiraciones de diferenciación social e incluso por falencias de los gobiernos populares de la región, son utilizadas como base de maniobra contra los intereses populares. 

Afortunadamente nuestros hermanos venezolanos se mantienen en pie, pero el escenario se sigue complejizando. A lo interno de Estados Unidos se debaten entre la intervención armada directa, fomentada desde el ala conservadora-republicana del Bloque Americano, o por lo que denominamos “Golpe suave”, que es el modus operandi del sector "demócrata", bajo intervención indirecta, operaciones de inteligencia, movilización de población civil y golpes de mercado del Bloque imperialista Global. 

Las intervenciones, desestabilizaciones y golpes de Estado no se evitan sólo con declaraciones por la paz. Es necesario advertir que hay que seguir profundizando la unidad latinoamericana en hechos para no retroceder. 

Si no constituimos en hechos la gran Nación Latinoamericana, no van a alcanzar las fuerzas para avanzar. Por ello, insistimos en la imperiosa necesidad de avanzar por el Banco del Sur, por la moneda Sur, por un cambio en la matriz productiva regional, por la construcción de las industrias estratégicas del Sur, etc. En pocas palabras: avanzar hacia la definitiva independencia económica y la Soberanía Política de la región, en unidad. 

Más allá de las diferencias políticas, la distintas patrias chicas con sus propios procesos y la heterogeneidad que existe en Nuestra América, Si no defendemos nuestra soberanía política cualquier representante del imperio angloamericano y sus aliados del proyecto financiero global van a aplastar con un dedo a nuestras ansias de Justicia Social. 

En el lamentable escenario de crisis y desestabilización, se hace más que evidente que la única herramienta capaz de sostener los proyectos y gobiernos populares en el tiempo es el pueblo unido, organizado y en permanente movilización en la lucha contra el imperialismo y las oligarquías aliadas a sus intereses, en defensa de los derechos conquistados y avanzando con un programa profundizador de los pueblos de nuestra América.