El
CEFMA invitó al sociólogo Gabriel Merino. Expuso su investigación sobre Lucha
entre bloques de poder por la configuración del orden mundial y su escenario
actual, acompañado por Mariano Ciafardini y Jorge Kreyness.
El
Centro de Estudios de Formación Marxista (CEFMA) realizó una charla con Gabriel
Merino, sociólogo y Coordinador del Centro de estudios de Formación e
Investigación en Economía Política y Sociedad (CEFIPES), sobre su investigación
de Lucha entre bloques de poder por la configuración del orden mundial y su
escenario actual, en el panel lo acompañaron Mariano Ciafardini, abogado,
integrante del Consejo Consultivo del CEFMA y miembro del Instituto Argentino
de Estudios Geopolíticos (IADEC) y Jorge Kreyness, Secretario de Relaciones
Internacionales del Partido Comunista.
Merino
fue introducido por Mariano Ciafardini,. Sobre la crisis global aseguró: “para
entender las contradicciones internas del mundo en el que estamos viviendo hay
que entender su génesis, si no entendemos de donde viene no sabemos a dónde va
y es clave saber hacia dónde se va”. Expuso una tesis, considerando que la globalización
es el desafío para la interpretación histórica y concluyó que ésta “es la
última parte del imperialismo”.
El
sociólogo explicó su trabajo, que se resume de un conjunto de investigaciones
que se vienen desarrollando con el fin de aportar claves para entender la
crisis global y el análisis de la situación geoestratégica actual. “Partimos de
la localización del inicio de la crisis del Orden Mundial, con la
desintegración del orden de Posguerra y una crisis económica capitalista sólo
comparable a la de 1930, que comienza a partir del comienzo del nuevo siglo, en
donde se observan dos procesos”, explicó.
Detalló
que el primer proceso se da en el propio núcleo de poder angloamericano y
consiste en el tránsito hacia una nueva forma de construcción imperialista
global, que pone en crisis el orden anterior. En este momento de
transnacionalización económica, política, militar e ideológica implica la
proyección de EEUU de Estado-nación central a nodo estratégico del “Estado- Red
Global”. El otro proceso lo localizó en el pasaje de la unipolaridad a la
multipolaridad, con la emergencia, desarrollo y constitución de otros polos de
poder mundial que desafían la unipolaridad, irrumpiendo en las grietas de la
crisis. “La unipolaridad se manifiesta en dos estrategias: la unilateral
-neoconservadora y “americanista”-, de la fracción retrasada; y la multilateral
-neoliberal y “globalista”-, de la fracción avanzada”. Merino hace énfasis en
diferenciar la multipolaridad de la multilateralidad: “Para el proyecto financiero
global, los llamados países “emergentes” son mercados del capitalismo
transnacionalizado, múltiples lados de un polo de poder y de un mismo proyecto
político estratégico. La multipolaridad, en cambio, se da a partir de la
emergencia de bloques de poder con proyectos políticos estratégicos propios,
que desafían al proyecto financiero global. Esta es la puja que se libra en los
llamados países emergentes: ser mercados emergentes o ser bloques de poder
autónomos”.
Añadió
que la crisis global implica la agudización de dichas contradicciones en
territorios centrales del capitalismo occidental, entre ellas la fractura y
diputa al interior del núcleo angloamericano, en la crisis de 2008, y el
desarrollo de la Unión Europea-Euro que avanza como Estado Continental y reclama
un re-reparto de poder, en la crisis de 2010. Asimismo a la vez se agudizan las
contradicciones con los polos emergentes: Rusia, China y, en proceso de
desarrollo, Irán y aliados, ALBA y MERCOSUR.
Merino
aseguró que, como en toda gran crisis mundial, se está frente a un cambio de
época que, como la crisis capitalista del 30 y el período de entreguerras,
constituye una transición hacia la configuración de un nuevo orden mundial.
Ello define la situación estratégica. Ubica al inicio de la crisis con el
comienzo del nuevo siglo, en el período 1999-2001, donde comienza la transición
y posee distintos momentos. En estos, explicó, pueden observarse los
alineamientos que dan lugar a la constitución de ciertas articulaciones, a partir
de las que se definen los campos de fuerzas enfrentados. “La interna
angloamericana se
manifiesta
entre 1999-2001 y vemos su estallido en 2008 cuando se generaliza la crisis
global a partir de la caída de las Torres Gemelas. El siguiente momento refiere
a las crisis Europea y los enfrentamientos entre fines de 2009 y principios de
2011, cuando estalla la intervención-guerra civil en Libia y en Siria. A partir
de allí tenemos una nueva situación de enfrentamiento progresivo entre el campo
de los “aliados occidentales” comandado por el bloque de poder angloamericano
global (aunque no sin contradicciones) y los bloques de poder emergentes”,
sintetizó.
Sentenció
que toda transición tiene un lapso de oportunidad histórica, y ésta puede
orientarse hacia la restauración de un nuevo orden basado en imperialismo o
bien avanzar hacia la transformación histórica revolucionaria. En el segundo
sentido, el sociólogo concluyó en que hay que aprovechar la oportunidad y que
se acelera la necesidad de profundizar los procesos e construcción: “Se acelera
la agudización entre las contradicciones interimperialistas entre bloques de
poder y bloques emergentes. Se acelera, en términos históricos, la necesidad de
los pueblos de consolidar fuerzas sociales”. Sostuvo que las fuerzas
desarrollistas, dentro de estas alianzas contradictorias que conducen los
procesos latinoamericanos, no van hacia la tendencia de la conformación de
bloques de poder, porque la conformación de un bloque de poder tiene que estar
en la ecuación Estado, Producción y Trabajo, desarrollando lo central desde el
Estado. “Sin una empresa tecnológica, fondo del sur, Banco del Sur, moneda,
industria para la defensa, se retrocede, si no se profundiza se retrocede.
Porque esta burguesía –refiriéndose al desarrollismo que conduce los procesos
latinoamericanos- no son burguesías estratégicas de estado, hasta acá llegan. Por
eso se vuelve central entender este nuevo escenario entre luchas de poder; esta
nueva etapa de la crisis y entender las tareas políticas que implican este
nuevo escenario”, concluyó.
Para
cerrar la charla habló Jorge Kreyness y destacó: “Para dar una pelea en
términos adecuados necesitamos conocer al enemigo, sus contradicciones y sus
estrategias de dominación, para ver no sólo cómo construir sino también dónde
nos posicionamos. Para no confundir al enemigo”. Agregó que es necesaria la
actualización permanente, para saber cómo ubicarnos.