Uno de los grandes problemas del sistema de salud argentino es su fragmentación en términos de estructura y en los distintos niveles, principalmente del sector público. Este sistema es el que le conviene a los sectores que necesitan hacer negocio con la salud de nuestra población, sean desde las empresas transnacionales de capital financiero de la rama Fármaco- Tecnológica hasta el sector privado partícipe de nuestro sistema de atención. Acá la discusión se plantea partiendo de la premisa que la salud es un derecho y no un negocio.
En estos últimos años se ha avanzado mucho en cuanto al acceso de nuestra población a la salud gracias a políticas que tienen incidencia indirecta sobre esta (Ej.: AUH), así como también se han mejorado los indicadores duros que muestran el estado de salud de una población (Ej.: Tasa de mortalidad Infantil, de mortalidad materna, etc.). Así mismo, creemos que hay una deuda en cuanto al sector salud que implica un cambio más profundo. Es necesario pasar de un sistema fragmentado, cientificista, hospitalario a un sistema comunitario, basado en la atención primaria de la salud, federal, que pueda asegurar una salud universal y gratuita para toda la población.
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